Javier acaba de presentar el volumen II de Cuentos de Bereth y os lo presenta aquí. Estos autores que escriben sobre dragones... me encantan ¡Muchísimas gracias Javier!
Queridos Leo y demás habitantes de la maravillosa Dragonia, permitidme que os cuente un cuento con doncellas encerradas en lo alto de una torre, dragones encantados, príncipes valerosos, reinos en guerra, magia… y electricidad.
Os presento el Continente: un lugar donde los reyes, la noche antes de ser coronados, deben escribir una Poesía cuyos versos les hablarán sobre su futuro y sobre los peligros y los miedos a los que tendrán que enfrentarse; donde la electricidad sirve tanto para iluminar las lecturas nocturnas… como para poner en pie de guerra a cientos de personas, y donde los cuentos de hadas cobran vida entre los árboles y los bosques que los esconden.
Bienvenidos a Cuentos de Bereth.
En la primera parte de esta trilogía, Encantamiento de Luna, conocemos a Duna Azuladea, una aldeana de diecisiete años cuyo mayor sueño es poder alejarse de su reino, Bereth, y conocer el resto del Continente. Sin embargo, el destino le tiene preparado un camino muy diferente.
Tras un enfrentamiento con la Maestra de su Escuela, Duna se ve obligada a trabajar en el Palacio Real como doncella. Allí conocerá al despiadado príncie Dimitri, y a su apuesto y valiente hermano, Adhárel, quien, poco a poco, irá descubriendo en ella algo más que una simple sirvienta…
¡Pero no todo son buenas noticias! Bereth está siendo amenazado por el terrible reino de Belmont, que quiere hacerse con la poca electricidad que queda en el Continente y que guarda Bereth. A la cabeza, el temible rey Teodragos hará cuanto esté en su mano para hacerse con ella y, de paso, conquistar el reino vecino.
Y por si todo esto fuera poco, resulta que un dragón ronda las inmediaciones del lugar y devora las ovejas de los pastores que osan acercarse más de la cuenta al bosque. Pero, ¿de dónde ha salido? ¿Y qué hace allí?
Eso es algo que tendréis que averiguar vosotros leyendo la historia completa…
Tanto esta novela como la segunda parte, La Maldición de las Musas, son un homenaje a estos cuentos de hadas que tanto nos gustaban que nos leyeran desde pequeños: La cenicienta, Rampunzel, El Flautista de Hamelin o Caperucita Roja se dan cita en esta trilogía… pero todos de una manera muy peculiar.
¿Y si no fuera la doncella quien tuviera que abandonar el baile llegada la Medianoche?
¿Y si la magia no fuera cuestión de hadas madrinas y formara parte de la vida diaria?
¿Y si el dragón que custodia la torre guardara un secreto tan antiguo como el mismo bosque donde se esconde?
Parece que se hace tarde y debo regresar a Bereth. Espero veros por allí pronto, y recordad: tened cuidado de no saliros del camino; el Flautista anda cerca.
Un abrazo muy fuerte de parte de Javier Ruescas… ¡No dejéis de creer en la magia!
Os presento el Continente: un lugar donde los reyes, la noche antes de ser coronados, deben escribir una Poesía cuyos versos les hablarán sobre su futuro y sobre los peligros y los miedos a los que tendrán que enfrentarse; donde la electricidad sirve tanto para iluminar las lecturas nocturnas… como para poner en pie de guerra a cientos de personas, y donde los cuentos de hadas cobran vida entre los árboles y los bosques que los esconden.
Bienvenidos a Cuentos de Bereth.
En la primera parte de esta trilogía, Encantamiento de Luna, conocemos a Duna Azuladea, una aldeana de diecisiete años cuyo mayor sueño es poder alejarse de su reino, Bereth, y conocer el resto del Continente. Sin embargo, el destino le tiene preparado un camino muy diferente.
Tras un enfrentamiento con la Maestra de su Escuela, Duna se ve obligada a trabajar en el Palacio Real como doncella. Allí conocerá al despiadado príncie Dimitri, y a su apuesto y valiente hermano, Adhárel, quien, poco a poco, irá descubriendo en ella algo más que una simple sirvienta…
¡Pero no todo son buenas noticias! Bereth está siendo amenazado por el terrible reino de Belmont, que quiere hacerse con la poca electricidad que queda en el Continente y que guarda Bereth. A la cabeza, el temible rey Teodragos hará cuanto esté en su mano para hacerse con ella y, de paso, conquistar el reino vecino.
Y por si todo esto fuera poco, resulta que un dragón ronda las inmediaciones del lugar y devora las ovejas de los pastores que osan acercarse más de la cuenta al bosque. Pero, ¿de dónde ha salido? ¿Y qué hace allí?
Eso es algo que tendréis que averiguar vosotros leyendo la historia completa…
Tanto esta novela como la segunda parte, La Maldición de las Musas, son un homenaje a estos cuentos de hadas que tanto nos gustaban que nos leyeran desde pequeños: La cenicienta, Rampunzel, El Flautista de Hamelin o Caperucita Roja se dan cita en esta trilogía… pero todos de una manera muy peculiar.
¿Y si no fuera la doncella quien tuviera que abandonar el baile llegada la Medianoche?
¿Y si la magia no fuera cuestión de hadas madrinas y formara parte de la vida diaria?
¿Y si el dragón que custodia la torre guardara un secreto tan antiguo como el mismo bosque donde se esconde?
Parece que se hace tarde y debo regresar a Bereth. Espero veros por allí pronto, y recordad: tened cuidado de no saliros del camino; el Flautista anda cerca.
Un abrazo muy fuerte de parte de Javier Ruescas… ¡No dejéis de creer en la magia!
Cuentos de Bereth I: Encantamiento de Luna
Cuentos de Bereth II: La Maldición de las Musas